Mi amigo se llama Claudio. Tiene veinte años de edad. Sus ojos son negros. Su cara es ovalada. Tiene una nariz aguileña. Su voz es melodiosa. Es un chaval alegre y bueno y siempre está de buen humor. Es de Sevilla, el padre de Claudio es español y la madre es italiana. Ahora Claudio vive en Rusia en Moscú. Es que trabaja en una oficina importante y gana bastante bien. Con otras palabras, no tiene problemas de dinero.
Además es estudiante de la Universidad de Moscú, estudia idiomas. Estudiar idiomas es una buena tradición en su familia. Por ejemplo, su padre Salvador, que es un pintor conocido en España y tiene problemas con la bebida, habla español, inglés, italiano y portugués. Su madre Ornela escribe novelas para los niños y habla italiano y francés. Claudio ya habla inglés bastante bien, pero todavía no habla ruso. ¿Por qué?
Sus padres dicen que es holgazán, pero yo creo que mi amigo no tiene bastante tiempo para aprender ruso. Es que todos sus amigos rusos ya hablan español y lo comprenden sin muchos problemas. Además, Claudio vive en mi casa y hablamos ruso en casa, pero cuando él está cansado o triste, hablamos español.
Cuando estudiamos (yo también estudio idiomas en la Universidad), comemos en el café de la Universidad. ¿Qué hacemos cuando no trabajamos o estudiamos? Pues, descansamos, leemos muchos libros de la vida moderna o escuchamos la música. Pero no es todo.
A Claudio le gusta hablar de sus amigas guapas que viven en todas partes del mundo. Su amiga Isabel vive en París y trabaja en un banco. Eleonora vive en Barcelona y trabaja en grandes almacenes. Lola vive en San Remo (Italia) y busca un trabajo pero sin algún éxito. Galina vive en Pskov y trabaja en un restaurante italiano. Sin duda, Claudio es un joven muy simpático y por eso todas sus chiquitas le escriben cartas cada semana y lo invitan a visitarlas.